Seguimos conociendo de la mano de su propietario David, todo el inicio de la historia de su idea…

Pero sin meternos en más detalles entramos en el momento en que un servidor decide cambiar el rumbo de la casa, mi abuelo jubilado y mi padre casi a punto, las cámaras vacías, sin caballerías, cerdos, gallinas… la casa cada vez cuesta más mantenerla, parece que los albañiles nunca se van, siempre tiene algo que retocar o rehacer. Así que por mi cabeza empieza a moverse el pensamiento de hacer algo con la casa para poder mantenerla en pie, un día se enciende esa bombilla que siempre vemos en los dibujos… ¡UN ALOJAMIENTO RURAL!

Que mejor que esto en Chinchón. Muy fácil pequeñas obras y en marcha, pues no. Primero convencer a mi familia de lo que quería y que ellos, en especial mis abuelos que eran los dueños me diesen permiso y entendiesen que su casa se iba a ver invadida por personas que no conocerían, jeje, me costo, pero poquito.

Después entendí que la pequeña obra, pasaba a  ser una gran obra, más de 8 años tarde en dar el primer paso, pero una vez iniciado la cosa parecía que avanzaba.

Después de dos años, un 27 de febrero de 2004 se inauguraba la Casa Rural “La Graja”, ¿Por qué “La Graja”?, ya os contaré en otro momento.

Ahora nos centramos en los actos, de inauguración, primero para familias y amigos, que al final son los que más te llenan y después el oficial, autoridades locales, de la comunidad, representantes de organismos… todos firmaron en el libro de huéspedes, Director de Turismo, Consejero de Agricultura, Alcaldesa…, quedaba abierta la primera casa rural oficialmente en Chinchón, que paso a ser imagen de muchos actos con embajadas, organismos, actos institucionales.

Vídeo de la Inauguracion 27-2-2004

foto_inauguracion_blog

La casa pasaba a ser un ejemplo para enseñar y a la vez un referente como proyecto de emprendedores jóvenes. Fueron muchos los agradecimientos, las felicitaciones, que yo quería compartir con mi familia y en especial con la persona que cargo con el mayor peso del éxito de la casa, el decorador, Miguel Ángel Laguna Villalobos.

Por fin estaba abierta y los clientes llegaban.

David Sáez Catalán