Historia


La Casa Rural & Spa “La Graja” no tiene una historia noble como podemos encontrar en muchos de los edificios de Chinchón, pero entre sus viejas paredes guarda sabor y tradición, escondiendo historias de un pueblo llano.

La casa con más de 200 años, nace como casa de labranza, dedicada a tareas agrícolas y con una estructura al igual que la mayoría de las que podemos encontrar en Tierras de Castilla. En sus inicios una parte de la planta baja junto a sus cuevas fue lagar y bodega para la elaboración de esos caldos tan apreciados por lo buenos paladares, las cuales se ubicaban alrededor del patio central desde donde se acedia a ellas y a los aposentos, cuadras de ganado.… La planta superior siempre fue almacén, denominándose por estas tierras con el nombre de cámaras, en las cuales se guardaba el grano, los ajos, tan importantes en la agricultura de este municipio, remolacha, patatas…
El edificio ha sufrido pequeñas cambios en su diseño, pero siempre conservando su estructura original.

Hoy en día todas estas zonas se ven convertidas en las habitaciones y zonas comunes de la Casa Rural & Spa “La Graja”.

En el año 2002 surge la idea de hacer algo por esta casa que guarda tanta historia, dicha idea es convertirla en un alojamiento rural, pero un alojamiento que no sea igual al resto, surge la idea de convertirlo en un alojamiento lleno de encanto y conservando sus paredes y vigas originales. A partir de entonces se trato de conservar casi todo lo que se podía ya que esto daría el encanto que hoy en día tiene.

Fueron casi 2 años de obras y quebraderos de cabeza, luego vino la decoración, la cual se basó en lo rústico y utilizando materiales que son de una antigua casa de labranza. Cabe destacar que ninguna habitación es igual que la otra ya que todas tienen un encanto propio, los nombres de dichas habitaciones se eligieron según las característica peculiares de cada una de ellas.

Su patio porticado, con sus columnas del antiguo palacio condal y su fuente, una de las primeras que hicieron que el agua llegase directamente a las casas, sin tener que acudir a las fuentes publicas a por ella, el ruido del agua, el canto del pájaro y ese aroma a historia son unas de las pequeñas cosas que hacen una estancia agradable para cualquier persona que venga a hospedarse.